4 de diciembre de 2012

Amarga



Que amargas tus palabras, cuando rechinan los te amo en ellas,
secos, ásperos, en la soledad del olvido.
Crepitan miradas de soslayo que hielan mis pupilas,
Llenas de espacios vacíos, huecos henchidos  de nada.
Que amargas tus caricias, cuando ilustras mi piel torpe,
pueril, abatida por el destierro del deseo.
Braman sigilosas mis lágrimas,
rotas, indolentes,
testigos de mi alma saciada.
Que amarga mi existencia.
Que amarga mi mirada.

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Siento lejos mi propia piel,
sorda ante caricias que nunca asisten.
Siento y me siento a esperar
besos prematuros que engalanen mis anhelos.
Sueños rotos de un corazón ulcerado.
Siento horas morir una tras otra,
sin ti, sin nadie,
sola.
Fabrico lágrimas cobardes, sembradas
de ausencias.
Lágrimas que retratan ecos,
que desdibujan sonrisas,
que pintan a dolor ausencias ignoradas.
Pierdo los modales,
la impaciencia y la razón bailan cómplices.
No soy un alma, tan sólo un cuerpo.
Aguardaré mi momento,
velaré mi espíritu marchito de esperanza.
Incluso hoy, cultivando mi inocencia un tanto irrisoria,
me obligo a pensar que aflorará un mañana.





Estas "poesías" son un reflejo de como me sentía entes, las leo y puedo revivir en parte todo el dolor de esos momentos, cuanto ha llovido desde entonces...

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