6 de diciembre de 2012

Que...

Tú,

que con tus besos inspiraste a mi alma,


invitándome a sentir entre tus manos


los tonos cálidos de tus susurros.


Mírame y no digas nada.


No es necesario.


Dejemos que nuestra piel se busque.


Mírame, 


deja que mi primavera te encuentre,


conviérteme en tu sonrisa,


quiéreme hasta que tu aliento sea mío,


hasta que nuestros párpados sean como hojas en otoño


y caigan víctimas del cansancio.


Que amanezca y tú sigas a mi lado.


Que sonrías y yo sea tu motivo.


Que ames...


Y yo sea la culpable.

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